Transparencia en la UE: La democracia participativa en peligro
¿Sigue siendo la transparencia un verdadero derecho fundamental en la UE?
¿Son las innumerables consultas públicas bajo el método «opina» algo más que una trampa para distraerse?
Leyes de comitología
Para entendernos, la llamada comitología es un procedimiento particular de toma de decisiones en la UE que consiste en otorgar a la Comisión Europea poderes para aprobar leyes.
Como en el caso del Conde de Romanones, gobernante español de principios del siglo XX, que dijo a los diputados: «Haced las leyes, que yo haré los reglamentos», la Comisión se ha convertido -frente a los legisladores legítimos (Parlamento y Consejo)- en el legislador clave de la UE y de los países que la componen, ya que entre el 50 y el 80% de las leyes nacionales proceden de la UE.
La comitología adopta dos formas: los actos delegados y los actos de ejecución, que constituyen Derecho derivado o, confusamente, actos no legislativos. Mientras que ambos se derivan de la legislación básica (un Reglamento o una Directiva que prevé que la Comisión los adopte), los actos delegados completan o modifican aspectos secundarios de la legislación básica y no deben someterse a un comité, sino a un Grupo de Expertos Nacionales. Los actos de ejecución, en cambio, contribuyen a uniformizar la aplicación de la ley de bases y deben someterse al examen de un comité.
Para hacerse una idea, estas leyes de comitología abarcan todos los sectores (agricultura/pesca, industrial y servicios) regulando cuestiones como la salud, la protección del medio ambiente, la lucha contra el cambio climático, la economía circular, la protección de los consumidores o el comercio. Representan 9 de cada 10 leyes que la UE aprueba anualmente, llegando a 1.500 en el caso de los actos de ejecución.
El Green Deal europeo o agenda verde aprobada a finales de 2019 y alimentada tras la pandemia con fondos NextGenerationEU y planes nacionales de recuperación, es el paradigma de la comitología: de cada una de las decenas de leyes comunitarias derivadas del Green Deal cuelgan un gran número de leyes de comitología que -en contra de lo que pueda parecer- acaban regulando los aspectos más controvertidos y sustanciales como hemos visto en ejemplos recientes de aprobación de productos químicos (el herbicida glifosato), la consideración de la energía nuclear como actividad sostenible, la regulación del hidrógeno como futura fuente de energía o la gestión de residuos en la economía circular.
Precisamente, el actual debate bajo Presidencia sueca sobre el futuro reglamento de ecodiseño de productos sostenibles es hoy un ejemplo muy llamativo. Cuestiones como determinar quién decide sobre grupos de productos y requisitos, determinar su impacto ambiental, sostenibilidad, reutilización, reparabilidad, reciclabilidad o cómo avivar la destrucción de bienes de consumo no usados para reducir los residuos, se están convirtiendo en una batalla entre la Comisión -por las numerosas leyes de comitología previstas en la propuesta legislativa- y el Consejo -cuyo poder se limita a formar los grupos de expertos y comités que asisten a la Comisión pero no deciden-.
Funcionarios sin rostro
El nuevo Directorio de la UE «quién es quién», recién publicado, elimina las referencias de contacto del personal por debajo de Directores y Jefes de Unidad, privando así a los ciudadanos de saber quién toma las decisiones que acabarán influyendo en sus vidas.
En primer lugar, las leyes de comitología y el personal sin rostro plantean serias dudas sobre la calidad democrática de unas leyes que se deciden en la sombra con un control limitado por parte de los verdaderos legisladores (en particular, el Parlamento Europeo, que ve mermado su poder a pesar de ser la única institución elegida por sufragio universal en la UE).
En segundo lugar, y en términos más prácticos, esto hace que la democracia participativa efectiva a través de los grupos de presión sea mucho más complicada.
La falta de transparencia (nombres y referencias de contacto del personal clave, propuestas y documentos preparatorios, nombres de expertos de grupos y comités, actas de reuniones, etc.) dificulta la labor de quienes, como grupos de presión, pretendemos participar en los procesos de toma de decisiones de estas leyes, comprometiendo en última instancia la participación de la sociedad civil a la que representamos.
En Alonso & Asociados llevamos más de 30 años dedicando nuestra experiencia, energía y saber hacer a ayudar a empresas, asociaciones y organismos públicos a conocer la toma de decisiones de la UE y a sacar el máximo partido de ella haciendo un buen uso de las instituciones de Bruselas.
Más sobre comitología:
https://www.alonsoassociates.com/understanding-eu-comitology-how-to-avoid-dying-in-the-attempt/
https://www.alonsoassociates.com/mobility-negotiated-once-again-in-the-shadows-of-eu-comitology/