La suya no fue una presidencia más de la Comisión Europea, sino la del gran «paseo» europeo de los años 80 y 90 del siglo pasado.
Unos meses antes de su toma de posesión, en enero de 1985, ingresé en el Colegio de Europa de Brujas en septiembre de 1984 para estudiar Derecho comunitario, con las negociaciones de adhesión de España y Portugal muy avanzadas, y escuché a Altiero Spinelli pronunciar su discurso de apertura del curso académico en la sala gótica del Ayuntamiento de Brujas.
Eran tiempos de gran entusiasmo y confianza, sobre todo en nuestro país, que llevaba dos años de gobierno socialista con Felipe González al frente de un barco con el viento a favor. Una época en la que la movida madrileña y las ansias de libertad barrieron de golpe todos los malos augurios de la derecha, alertando contra aquellos jóvenes socialistas barbudos que, sin embargo, ocupaban civilizadamente los despachos ministeriales y maniobraban hábilmente para amoldar el marxismo al ritmo de los nuevos tiempos.
Las jóvenes democracias ibéricas se reconciliaban con Europa, la posibilidad de organizar los Juegos Olímpicos en España, que llegarían a Barcelona en 1992, estaba en el horizonte, la maquinaria europea hervía: un mercado único para los más ricos a cambio de fondos para los recién llegados.
Con Kohl y González, Delors vivió un idilio político que preparó el euro y la reunificación alemana tras la caída del muro de Berlín en 1990, sin dejar a nadie atrás gracias a la política de cohesión económica y social que tuvo en nuestro compatriota Eneko Landaburu un firme escudero. Con él, desde las Cámaras de Comercio, concebimos la primera Subvención Global del FEDER… no para carreteras, sino para internacionalizar las PYME de nuestras regiones más atrasadas. Imaginación, innovación y plena confianza interinstitucional entre la Comisión Europea, el Parlamento y el Consejo. De cada Consejo Europeo y con el empuje de un Parlamento que crecía en poderes, Delors volvía con deberes y más deberes….
De Delors recuerdo su definición de Europa, un OPNI (Objeto Político No Identificado).
Nací a mi vida profesional en Bruselas el mismo día en que España pasó a formar parte de Europa: el 1 de enero de 1986. Lo hice con Jacques Delors pilotando una Europa vibrante que rebosaba de ilusión por soñarse a sí misma y realizar su unión política.
En el turbulento mundo de 2024, Europa sigue llamando a la puerta de su propio sueño. ¡Ojalá las nuevas generaciones recojan el guante del creador del programa Erasmus y reivindiquen este proyecto! Rindamos homenaje a su gran creador: que descanse en paz, Jacques Delors.
Emiliano Alonso es abogado y lobbista.
Crédito de la foto: Mouvement Européen France